
El editor debe poseer un extraordinario acervo cultural que le permita distinguir textos medianos u ordinarios de los que tienen calidad y potencial.
Para logarlo, el buen editor lleva un riguroso y minucioso proceso de organización donde se registran todos los autores de los escritos que han sido recibidos, los que ya han sido revisados y de éstos, los publicados y los que posiblemente se publiquen.
El primer gran filtro es que el texto se adecue a las temáticas que maneja la editorial. De manera que en una empresa editorial debe recibir texto que le atañen, no puede haber una editorial que publique libros de medicina y también libros de superación, sería raro.
Se inicia con una primera lectura, que es más una revisión dónde el editor decidirá si el texto amerita una segunda ojeada; aquí interviene el consultor quien debe ser una verdadera autoridad en el tema examinado, es el que aconseja acerca del texto a publicar.
El agente literario es el encargado de presentarle al editor lo más novedoso en textos y generalmente son personas que conocen lo que se está publicando y es el que da nuevas propuestas para la editorial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario