martes, 23 de marzo de 2010

En essta esquiiinaaa... ¡EL EDITOR!




El editor debe poseer un extraordinario acervo cultural que le permita distinguir textos medianos u ordinarios de los que tienen calidad y potencial.

Para logarlo, el buen editor lleva un riguroso y minucioso proceso de organización donde se registran todos los autores de los escritos que han sido recibidos, los que ya han sido revisados y de éstos, los publicados y los que posiblemente se publiquen.

El primer gran filtro es que el texto se adecue a las temáticas que maneja la editorial. De manera que en una empresa editorial debe recibir texto que le atañen, no puede haber una editorial que publique libros de medicina y también libros de superación, sería raro.

Se inicia con una primera lectura, que es más una revisión dónde el editor decidirá si el texto amerita una segunda ojeada; aquí interviene el consultor quien debe ser una verdadera autoridad en el tema examinado, es el que aconseja acerca del texto a publicar.

El agente literario es el encargado de presentarle al editor lo más novedoso en textos y generalmente son personas que conocen lo que se está publicando y es el que da nuevas propuestas para la editorial.

La mismísima industria editorial


La industria editorial suele ser pequeña y no constituye un negocio muy rentable, sólo que se trate de una gran empresa.


Para que la editorial sea una industria con apoyo gubernamental, es necesario hacer trabajo político. Como los siguientes pasos:

1. Convencer a los gobernantes de la importancia de la industria editorial propia o fortalecer la existente.
El objetivo de la industria editorial es explicar la importancia de la lectura para el desarrollo social y de la consolidación nacional. Por ejemplo en el rubro educativo, los libros constituyen una muy importante fuente de progreso.

2. Persuadir a los gobernantes e las medidas necesarias para lograr la promoción de l a industria.
Informar sobre costos, trámites diplomáticos para exportación e importación, etc.
Por otro lado, es posible establecer las redes para la industria editorial con los países del mismo idioma.

Existen cuatro elementos para crear una industria editorial:
a) Autor, que escribe el manuscrito
b) Impresor, convierte el manuscrito en libro
c) Vendedor, quien distribuye y vende el libro
d) Editor, quien se encarga de coordinar los esfuerzos de estos tres.

El autor

Compila las palabras o documentos que conforman el manuscrito, puede ser una persona o una institución.
El autor es el dueño de los derechos y los “presta” a una editorial, mediante algún acuerdo, para su publicación, impresión y venta. Éstos, son protegidos, generalmente, por las leyes y constituyen el principio del denominado copyright. Fueron creados para proteger a los autores y que fuera posible cobrar regalías. El ideal de un autor es sentarse luego de entregar un manuscrito a escribir otro, mientras espera sus regalías, sin embargo, esto no sucede por lo menos en los países “en vías de desarrollo”, pues generalmente, los autores se dedican a otras actividades.


El impresor

Se dedica a fabricar la parte material del libro. El impresor está en estrecha participación con el editor, para decirle cuando la idea de un libro es viable dentro de sus posibilidades.



Existen algunas complicaciones con la corrección del manuscrito, pues algunos editores no cuentan con correctores de estilo y relegan la responsabilidad al impresor. Otra, es en área financiera, dado que es responsabilidad del editor dar un adelanto al impresor; si no lo hace, este último deberá invertir en la producción con el pago a los trabajadores, la compra del papel, etc.

La editorial funciona como una empresa y como tal, se debe considerar la parte financiera. Hay varias partes en este negocio que implican un costo y se administran de dos formas.


La primera implica el registro minucioso de lo que ocurre en cada etapa del proceso y clasificar los costos en las siguientes categorías:

  • Costo de preparación editorial: Los pagos al autor y los honorarios de dibujantes, correctores de estilo, traductores, diseñadores y demás involucrados.

  • Costo de manufactura: Incluye el pago a la imprenta y ya sea directamente o a través del impresor, lo correspondiente a papel, tinta, tela, hilo, etcétera

  • Costos de comercialización y distribución: Se refiere a los que originan las labores de empleados encargados de recoger pedidos, cargadores, publicistas y promotores.

  • Costos automáticamente variables: Invariablemente se incrementan con el aumento de ejemplares. Es por eso que incluye el pago por derechos de autor y a la imprenta (tinta, papel, materiales, proveedores, etc.)

  • Costos no variables, Son precisamente los que no varían. Es decir, aquellos que no se incrementan ni disminuyen independientemente del número de impresos.

  • Costos de promoción: Dependen de la política editorial, pueden ser afectados por la cantidad de copias impresas. Lo común es que las editoriales destinen un porcentaje de sus ingresos anuales para la inversión en publicidad y depende, también, de la cantidad de posibles ventas, la respuesta del público, el tipo de libro, etc.
  • Costos generales: pueden ser controlados por el editor, frente a la expectativa de vender todos los ejemplares, pero suelen ser fijos y son los referentes a la contabilidad, administración, impuestos.

Los precios al público se determinan a partir de cuatro aspectos que el editor debe contemplar. Por lo general, el precio fijo al público depende de las regiones del mundo donde se comercialice, aunque invariablemente el costo se incrementa entre un 3% y 6% por encima del costo de producción. En fin, los aspectos en juego son:

  • Cantidad de ejemplares vendidos: no obstante, el hecho de agotar los libros, no significa que la editorial se hizo millonaria, ya que en este rubro entran los ejemplares de cortesía y también los defectuosos.

  • Descuentos a librerías y otros clientes

  • Costos eventuales de comercialización: Suponen hasta un 15% y son por comisiones para representantes de ventas y gastos de envío.

Finalmente, como en todo negocio, es indispensable prever el costo-beneficio en cada una de las decisiones que la editorial tome en la producción de un libro. También están las consideraciones legales y como los Derechos Subsidiarios que son los que permiten reeditar versiones de obras que originalmente manejaba alguna otra editorial.